Quitando esa captura, había conseguido engañar a algún alevín de palometón, muy divertidos pero no de tamaño destacable, pero el día que os voy a relatar si logré una captura de porte.
Llegaron las 14:00 y como de costumbre salí de trabajar y me dirigí directamente al spot para comer allí un bocadillo y hacer un ratito de spinning. Nada más llegar me encontré con el agua bastante turbia pero decidí empezar con el YKR Crack 175 SS Sardine Natural, elección que no pareció muy acertada ya que me pasé un buen rato sin picadas mientras que mi compañero había conseguido engañar un palometón.
En vista del éxito decidí cambiar y opté otra vez por el Crack pero el modelo Yellow Night, con unos colores muy vistosos que quizás irían mejor en un día de agua tan tapada. No me equivoqué, a los pocos lances ya tenía clavado un palometón que pude trabajar fácilmente al ir con mi equipo de spinning medio/pesado compuesto por una Daiwa Crosscast de acción 28-84 y un carrete Shimano Exage 5000 FD.
No había pasado ni una hora y ya habíamos conseguido engañar 2 palometones, no pintaba nada mal! Nada más lejos de la realidad, durante las siguientes horas no conseguimos ni una captura más ni vimos un ápice de actividad en el pesquero.
Cerca de la hora de irnos y en uno de los lances, nada más caer el señuelo al agua vi como una gran anjova saltaba a por mi señuelo con la mala suerte de que falló el ataque al minnow y cortó el hilo. Ya con el ánimo decaído, vuelvo a montar el bajo y como vi que el agua se había quedado algo más clara volví a poner el color Sardine Natural.
Lances y más lances y seguía sin nada de actividad, el cansancio se apoderaba de mí y le dije al compañero si nos íbamos ya para casa.
-No, no. 15 minutos más.
Creo que fue la mejor decisión que pudimos tomar. Fue volver a lanzar y un tallahams atacaba mi señuelo, notando el peso del pez por un momento pero soltándose al instante. Que rabia!! Volví a lanzar y otro seguía mi señuelo hasta los pies y se daba la vuelta. No me lo podría creer, estaban allí pero no era capaz de clavar uno. Tercer lance y a media recogida: Boom! Explota el agua y ahora si, tenía al otro extremo clavado un gran ejemplar de tallahams, pegando multitud de carreras y saltos intentando liberarse de los triples.
Después de un rato bastante largo de pelea, conseguí ponerlo en seco para posar para la foto y devolverlo a su hábitat.
Misión cumplida, uno de los retos que me autoimpuse a spinning hecho. Una gran satisfacción y felicidad me invadía: Gran pelea, gran pez y grandes fotos, desde esta picada creo que estoy enganchado al spinning.
Aquí el culpable de tal captura:
En próximas entradas más y mejor!